Capítulo 1 de la biblioteca invisible

CAPÍTULO 1

Un lunes, que era cuando íbamos a la biblioteca, pasaba mirando por encima los títulos de los libros: "El cuerpo humano", "Las plantas y los animales", "Lola está cansada"... Obviamente eran para niños de nuestra edad, de seis años, así que no podían ser muy gordos o difíciles. Algo que pudiésemos entender.

Precisamente me fijé en uno de portada vieja aunque el título aún era legible: "La vida en alta mar"
<<Perfecto>>pensé. Parecía que lo habían colocado ahí a propósito, como si supieran mis gustos.

No era muy gordo: cincuenta páginas. En una semana me lo había leído. Pero me equivocaba. Me lo acabé el mismo día en el que lo saqué del colegio. Aprovechaba cualquier momento para descubrir mas cosas.

Hablaba sobre la vida en el mar, los peces, los viajes importantea como el de Colón, las partes de un barco antiguo...Y sin esperarlo, el último capítulo trataba de los bucaneros y piratas que surcaban los mares del Caribe. Leyendas, islas perdidas, abordajes a barcos enemigos, mapas que nunca se encontraron, tesoros que nunca llegaron a desenterrarse...

Cosas sobre el mar de las que nunca había oído hablar, estaban todas escritas en un solo libro. Pequeños, pero obtenía una buena cantidad de relatos.

Como mínimo me lo leí siete veces antes de devolverlo. Claro que no fue fácil, y escojer uno más interesante que el anterior menos aún.

Durante lo que quedaba de mes, estaba obsesionada con los piratas y sus emocionantes vidas, dibujando calabdras por doquier en señal de que había estado allí.

-¡Una temible pirata anda suelta por el colegio!- gritaban mis amigas cuando jugábamos a piratas. Jugámos a eso gracias a que las convencí de que era un tema divertido.

Pero como es de esperar, empezaron a pensar que aauello era um juego para chicos.

En varias ocasiones les habíamos visto jugar a eso, sí, pero era más interesante que lo jugaran las chicas ya que en aquellos tiempos se las consideraban demasiado "delicadas" y esto lo hacía mas raro y divertido.

Pero mis amigas perdieron el interés a lo que también marcó el fin del mío, aunque no por mucho tiempo.